domingo, 27 de enero de 2008

EL TIEMPO SE PINTA

Eso dijo y se quedó tan ancha.
Estudiaba yo segundo de B.U.P., con mis 14 ó 15 añitos, tenía una profesora de Lengua que casi me desgracia mi tendencia a las letras y empecé a pensar en estudiar ciencias.
Se llamaba M.V. Lo que recuerdo de su físico es que tenía una cara con rasgos equinos, y un cuerpo que no cumplía en absoluto el canon clásico de belleza. Bien pensado, el físico no tiene por qué importar, pues como se dice en "El principito" a las personas hay que mirarlas con los ojos del corazón. Pero con los ojos del corazón me parecía una persona insensible, autosuficiente, antididáctica y ajena a sus alumnos.

Cuando solicitó que hiciéramos unas tareas , recuerdo que le comenté en voz alta que nos coincidía con otros quehaceres y que no nos daba tiempo. Todo ello con el murmullo general de clase quejándose del trabajo cuantitativo y cualitativo que nos requería de un día para otro. Cuando terminé de hablar, esa señora que no perdía la frialdad en ningún momento, hizo una excepción, se volvió hacía mí, iracunda toda ella, y me sentenció: EL TIEMPO SE PINTA.

Pues NO, profesora M.V, el tiempo no se pinta. No confunda tiempo con organización y trabajo. No podemos luchar contra el tiempo ni alargarlo a nuestro gusto. Mire la sociedad, mírese Vd. misma y a la gente de su alrededor; todos corremos, todo lo hacemos con prisas en una carrera sin final que sólo conduce a que un día te rompas como un cristal o estalles como una bombona de butano.

2 comentarios:

Joaquín dijo...

Los encontronazos con los seres desagradables también forman parte del curso educativo. Un joven maleducado seguramente ha sido un niño que no ha sido tolerante a las frustraciones o negaciones.

Morgenrot dijo...

Esos seres desagradables forman parte de tu vida y te liman las aristas para que puedas llegar a ser maduro/a.

Hasta ahora no me he atrevido a contradecir a la profesora M.V, cuando el tiempo y la vida te enseña que " si tienes prisa, vístete despacio". Antes de todo eso tienes que pasar por largo recorrido, muchas veces doloroso.