jueves, 31 de enero de 2008

UNA FRIVOLIDAD

El pasado verano, pasamos unas vacaciones en un país extranjero. No quiero mencionar qué país , pues podría originar un incidente diplomático, que no deseo.

Recuerdo a mi madre afirmar : " hay que ver lo feos y feas que son los...( nativos del referido país)". Y le tengo que dar la razón.

Todo empieza cuando un matrimonio amigo organiza las vacaciones conjuntas con todos nuestros niños; localizan lo que parece ser un lugar casi paradisíaco y una casa muy amplia, bonita y bastante confortable.

Llegamos casi al mismo tiempo , aunque procedemos de distintas ciudades de España. Nos recibió el matrimonio arrendador, educados , pero algo fríos y distantes, y la señora de carácter malhumorado. El marido parecía haber salido de la máquina del tiempo, del tiempo de los conquistadores, sólo le fataba la indumentaria adecuada. Ella, que no hablaba español, parecía que reñía cuando se comunicaba con cualquiera. Sus facciones eran muy duras; era delgada, pero nada esbelta. Todo lo hacía deprisa, como si estuviera contrarreloj.

Al día siguiente , mi hija pequeña y yo fuimos a Misa. La Iglesia del pueblo estaba llena de gente, era una Iglesia bonita, además contaba con un coro que cantaba de maravilla. Allí empecé a fijarme en la gente. Los del lugar no se caracterizaban precisamente por su elegancia, vestían como si las ropas les hubiesen caído desde lo alto; eran bajitos en su gran mayoría, y sus rasgos no eran precisamente los de Adonis.

Días después, estuvimos en la playa, restaurantes etc. Mi amiga , durante una distendida cena, me hizo un suspicaz comentario:

" Aquí no hay problemas para dejar sólos a nuestros maridos. ¿te has fijado lo feas que son las de aquí ?."

Risas y más risas, entre los cuatro. Los niños no participaban, por supuesto.

Cuando llegamos a la casa, empecé a fijarme en la cantidad de fotos de sus antepasados que habían dejado los propietarios. Iniciamos toda una guasa imaginaria con apariciones nocturnas de esos feísimos antepasados . ¡Todo lo que dió de sí ! . Qué risas...acompañadas de licores de hierbas.

En esos lugares, todos nos miraban, como examinándonos. Un mediodía, fuimos a comer a uno de esos restaurantes-tipo de la comarca. Grandes, muy llenos de gente. Fuí al baño y mientras iba y venía tuve que recorrer un amplio espacio. Todos los que estaban sentados en las mesas me miraban como si fuese una extraterrestre.... Cuando volví a mi mesa, comenté lo harta que estaba de que todo el mundo nos mirase, en la playa, en la calle, en la Iglesia.... El marido de mi amiga, con toda su gracia me comentó:

" No te das cuenta que eres la Claudia Schiffer aquí".

En definitiva, éramos los tuertos en el pais de los ciegos.

Sirva ésto sólo de comentario intrascendete y frívolo. No se debe , ni lo hago, juzgar a las personas según su apariencia externa, pero negar que la apariencia externa es lo primero que te llega a través de los sentidos es mentirse a sí mismo.

3 comentarios:

Alfaraz dijo...

Una pista del sitio, anda.
Los más feos del globo son los nativos de Nueva Zelanda. Directamente no se diferencian los hombres de las mujeres.

.

Joaquín dijo...

¿Atlántico o Mediterráneo...?

:)

Morgenrot dijo...

Me habéis hecho soltar unas cuantas carcajadas, por la gracia - que la tenéis- de vuestros comentarios.

Me prometí no decir bajo ningún concepto el sitio antes de hacer la entrada. Ya doy pistas , demasiadas en el escrito, con una más, tengo a todo un país en pie de guerra.

Y no me imagino a desatinos, digo, Moratinos, arreglando el entuerto que puedo provocar.

Os aseguro que mis amigos y nosotros todavía nos estamos riendo a costa del "incidente".