martes, 25 de marzo de 2008

SIMPLICIUS SIMPLICISSIMUS



¿ No conocen a nuestro personaje ?. Es muy peculiar. Quizás recuerden una serie de televisión de hace muchos años que, creo, se titulaba SIMPLICIUS. La emitían, si mi memoria no falla, los domigos por la noche en la primera. La veía de muy niña con mi madre. A ambas nos fascinaba y nos divertía tremendamente. El personaje principal era un joven con abundante pelo muy rubio, piel clara y ojos azules, con un encanto cómico-picaresco que atraía la atención de cualquiera.

Un día rebuscando en una librería, me encontré con un libro titulado " Simplicius Simplicissimus", fue una gratísima sospresa para mí. El autor es Hans Jacob Christoffel von Grimmelshausen. La editoril es Cátedra. Sobra indicar que lo adquirí sobre la marcha y que leyéndolo no sólo me reí a carcajadas, sino que viví su historia y el entorno con tanta intensidad que mi querido Simplicius permanece en mi mente formando parte de mi vida, como una obra magistral.


Por regla general, en España hay un desconocimiento de la cultura y literatura germana. El caso de Grimmelshausen es un exponente del citado desconocimiento, máxime cuando está considerado como uno de los grandes narradores de la literatura universal.

El autor es un hijo del pueblo, vivió de lleno la guerra de los treinta años y fue un autodidacta a quién la lectura era lo que le hacía más feliz. Simplicius Simplicissimus es su Alter ego. Su escuela fue la vida.


La obra se inicia con una familia de campesinos del Spessart ( precioso territorio de Alemania ), allí se cría el "héroe" cuyo nombre no desvela aún el autor.

Nuestro personaje es tan simple e ignorante que mientras cuidaba ovejas, para ahuyentar al lobo, no se le ocurre otra cosa que hacer ruido con una gaita. La consecuencia : atrae la atención de los soldados - estamos en la guerra de los treinta años-. Los soldados saquean la aldea, matan a quienes encuentran e incendian las casas.

El muchacho huye al bosque, escondiéndose lleno de pánico, en el hueco de un árbol. Allí escucha la voz de alguien. Se trata de un ermitaño, quién al entablar contacto con el joven , se percata raudo de su descomunal ingenuidad y simpleza, por lo que le apoda " Simplicius ".

Muerto el ermitaño, Simplicius decide conocer mundo.

He aquí una muestra de uno de los primeros diálogos entre el ermitaño y Simplicius:
Ermitaño: ¿ Cómo te llamas ?
Simpl. : Me llamo muchacho.
Ermitaño: Ya veo que no eres una niñita. Pero ¿ Cómo te llaman tu padre y tu madre ?
Simpl. : Yo no tengo padre ni madre.
Ermitaño: ¿ Quién te ha dado la camisa ?
Simpl. : ¡ Vaya ! , mi madre.
Ermitaño: ¿ Cómo te llama, pues, tu madre ?
Simpl. : Me llama muchacho, también bribón, torpón y cuervo.
Ermitaño: ¿ Quién era , pues, el marido de tu madre ?
Simpl.: Nadie.
Ermitaño.: ¿ Con quién dormía tu madre por las noches ?
Simpl.: Con mi padre.
Ermitaño.: ¿ Cómo te llamaba tu padre ?
Simpl.: También me llamaba muchacho.
Ermitaño.: ¿ Pero cómo se llamaba tu padre ?
Simpl.: Él se llama padre.
Ermitaño.: ¿ Y cómo le llamaba tu madre ?
Simpl.:Padre, y también maestro.
Ermitaño: ¿ Nunca le llamaba de otro modo ?
Simpl.: Sí, le llamaba...
Ermitaño: ¿ Cómo, pues ?
Simpl.: Veleta, granuja, cebón y otras cosas más cuando reñían.
Ermitaño: Eres un necio ignorante que no sabe el nombre de sus padres ni el suyo propio.
Simpl.: ¿Y qué ? Tampoco tú lo sabes.
Espero que hayan difrutado con esta corta lectura . Si así fuera, no duden en obtener para su biblioteca este maravilloso libro que no olvidarán una vez lo lean.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por si te interesa, querida amiga, existe una ópera de Karl Amadeus Hartmann sobre el mismo personaje (Simplicius, también conocido con la variante Simplex), escrita en la etapa hitleriana.
Un beso.

Morgenrot dijo...

Por supuesto que sí me interesa.

Muchas gracias por extender su sapiencia a los demás.

N.b.: voy a elaborar un cuadernillo con tus sugerencias.