
La guerra como padre de todas las cosas, según la concepción de Heráclito. En la esencia del hombre se halla el conflicto.
La guerra , siempre injusta, destroza inocentes.
Y la lid entre hermanos, el primer fraticidio.
Ataque y defensa, trincheras de corazones helados, dolidos, dominados.
Derechos para las partes, espíritus abandonados por el amor.
El odio fortifica el campo de una batalla ya perdida, el miedo se apodera de las almas en una espiral de sinrazón.
Las causas, muchas, el principio, la avaricia por la carencia de Amor. Unos ladrillos, aquellas tierras, tres monedas...todo es válido para autojustificar la embestida. Y el tiempo pasa y los corazones heridos , en mortales cadenas atrapados, generan más y más inquina.
Y si uno abandona, ¡ Ay de él !, será preso de su propia deserción , su soledad le sentenciará su pecado y la injusta pérdida.
" No entres en disputas, y si entras en ellas, que sea tu enemigo quien huya de ti ", decía Polonio a Laertes.
La acción es el principio, pero seguir el dictamen de la razón , estar plenos de amor y perdonar ¡ cuán dificultoso es !.
Escrito está en la palma de nuestras manos.