jueves, 8 de enero de 2009

LAS AFINIDADES ELECTIVAS

La imagen de la vicisitud como puente a la fatalidad.
.
La naturaleza del ser humano es enigmática, intrincada como puzzle de piezas infinitas. Adentrarse en ciertos elementos es ardua labor ; todo aspecto se supera en sí mismo y desborda cualquier expectativa de aprehensión , pues añadiendo a su propia complejidad, la propia del entorno, los factores se multiplican y el encaje del puzzle se torna inaccesible.
De la atracción entre humanos en la que rigen elementos ininteligibles y es camino de la pasión que domina a la pareja formada, muchos caminos son los posibles para el porvenir, para un mañana con bases de estabilidad o de ruptura, sometido el futuro a las bases previas y a lo deparable por elementos externos.
La fidelidad como compromiso , tan necesaria como atacable, aliarse debe a la razón, pues el humano, en su esencia es débil ante la seducción, el imán de otro ser interpuesto es tan posible como hondamente doloroso cuando el amor perdura y madura en la pareja formada. El nuevo elemento es el explosivo con espoleta. Las consecuencias son ignotas, dispares...y derraman angustia , suplicio, profunda desolación.
Un tema tan " vivido " es el central de una novela, y de muchas otras, pero la que traigo a colación es, quizás, la más completa leída sobre las relaciones humanas en lo pasional, cuando se produce el cruce de enigmáticas relaciones.
Un químico sueco, allá por el siglo XVIII, llamado Bergmann, realizó un riguroso estudio del comportamiento de los elementos químicos y de las atracciones entre estos , formulando un principio : " Attractionibus electivis ". Cierto es que no podemos extrapolarlo de forma exacta a la antropología, pero un escritor ya en edad madura y con gran habilidad para asimilar la naturaleza del ser y de las ciencias, aplicó el citado principio a determinadas relaciones humanas, denominándolo, " Die Wahlverwandtschaften ", en alemán.
Así nace " Las afinidades electivas " de J.W von Goethe que, a la fecha es una obra de plena actualidad, cuya lectura y estudio supone adentrarse en matices sublimes del alma con profunda filosofía y multitud de aspectos: interrelacciones amorosas, la razón, la moral, los impulsos del corazón.
La " affinitas " de los cuerpos químicos, trasladada al hombre y la mujer. Amor, pasión, renuncia y muerte . Una continua danza en el misterioso círculo de las afinidades. Heridas de honda pasión, que temen sanar y cerrarse, corazones que temen ser felices.

Existen leyes y normas en lo recóndito y camuflado , poseyendo un poder de seducción del que el hombre no puede librarse. El cruce de pasiones entre elementos se resuelve en soledad. La renuncia o la muerte como único fin, lo que se inicia como ejercicio científico termina en tragedia, permaneciendo el enigma químico-moral.

Por la propia natura del ser humano la pasión le impide completar el amor. Si hay amor verdadero, la pasión y la inclinación pasan a un segundo plano. Sólo la consumación puede curar las grandes pasiones, pero desbordaría la naturaleza del hombre al destruir nuestro estado moral. Las pasiones, como enfermedades recurrentes suponen el triunfo del destino sobre la libertad. Al dejarnos mecer por una pasión, nos alejamos del camino de la moral, y esto implica culpa, y la culpa impide reequilibrar las relaciones y sólo la expiación mediante la renuncia permite el reencuentro con la dignidad moral. Nadie es más esclavo que quien se tiene por libre sin serlo.

Y el enigma continúa. Y el hombre es hombre desde el principio. Quizás una clave esté en el obligado equilibrio razón-corazón.
Para afinidades electivas , con exitoso final, aunque caro precio, la de David y Betsabé. Os dejo con el Halleluyah, que compuso Cohen para esta historia y que John Cale interpreta magnificamente:

12 comentarios:

Daniel Rico dijo...

Estimada.

Hay una pelicula que plantea la atraccion entre personas como el resultado de la quimica ormonal, se llama EL PERFUME, sobre un libro tambien famoso.

Para mi lo escencial es creerme que mis elecciones y afinidades son producto de mi voluntad, y no una trampa de la naturaleza para asegurar la reproduccion y con ella la continuidad de la especie.

Vos que opinas, ¿elegimos a quien amar o algo extraño a nosotros elige?

Saludos, siempre es un gusto leerte.

Bowman dijo...

Encantado de tenerte de vuelta, mein Freundin.

Al igual que la naturaleza no puede evitar cumplir las leyes de la termodinámica en lo referente al aumento de la entropía, las relaciones humanas (como naturales) no pueden remediar tender a cierto desorden. Es su naturaleza.

La moral, en tanto que intenta detener el avance de la entropía, aparece entonces como antinatural.

No quisiera con ello que pareciera ahora que hago apología del adulterio ni que nos lancemos todos ahora a convertirnos en Davides y Betsabés. Simplemente prefiero que sea el sentido de la responabilidad (que no el de la moral) el que guíe la acción a tomar en cada caso (en palabras llanas, si yo evito sucumbir en el adulterio, no será por limitaciones moralmente impuestas, sino por cumplimiento de la responsabilidad que yo mismo adquirí conscientemente. Honestidad sería la palabra).

Quien sabe si el inmoral adulterio de David y Betsabé fue un acto de responsabilidad con la naturaleza en el esquema de las cosas (en su acepción bíblica, de no haber sucedido, no habría existido un Salomón).
Puede haber casos en los que lo responsable con la naturaleza no sea lo más moral. Al fin y al cabo, ¿quienes somos los (pobres) humanos para osar repudiar las (más grandes) fuerzas universales? Me resulta un poco "pretencioso".

Claro que, puede que lo verdaderamente moral sea ser honesto y responsable (cualesquiera resultados) y no otras morales aprendidas/adoptadas.

Al final, toda esta parrafada la escribo para discrepar amablemente con la frase "Al dejarnos mecer por la pasión, nos alejamos del camino de la moral, y esto implica culpa".
Porque, en mi opinión, eso sólo sucede porque así nos ha sido dictado desde pequeños y se ha fijado en nosotros. Pero no es natural. No nacemos con esa moral de serie, es un accesorio extra, cuyos tornillos de fijación se llaman, precisamente "culpa" (en realidad creo que ambos elementos nos son intalados a la vez)

Grossen Kus, mein Freundin

Morgenrot dijo...

Estimado Daniel:

Interesante tu reflexión, pero a mi modesto entender, no se trata de una trampa de la naturaleza, sino de una tendencia " química", creo que ahora la llaman
" feronomas ", cuya acción es la atracción inicial entre dos personas y fuente de la pasión.

Uno no se enamora de quien quiere-voluntad- sino que en principio te atrae alguien por equis elementos , y es después la razón, incluyendo la voluntad, las que perfilan una posible relación.

¡ Ojalá sólo funcionara la razón ! , nos equivocaríamos menos veces ...

Saludos, con un fuerte abrazo, Daniel

Morgenrot dijo...

¡ Mi querido Bowman ! , ¡ Cómo te echaba de menos ! y como añoraba esas reflexiones tuyas, tan aplastantes por lógica , como inteligentes.

Si te digo lo que realmente pienso, creo que ambos decimos lo mismo, con la única diferencia que tú llamas responsabilidad ( al posible daño a otro ) y yo moral.
La culpa la siente uno al haber afectado provocando dolor en el prójimo.

Por cierto, analizas de maravilla.

Y por último, el adulterio de David y Betsabé era necesario, pues según la Biblia, es el fruto de este amor Salomón, de quien desciende San José, y por tanto, Cristo, cuya extirpe estaba predeterminada ( con el matiz de que San José sólo fue padre legal ). " Acto de responsabilidad con la naturaleza en el esquema de las cosas ", como perfectamente defines.

Y adulterior y amoríos ...¿ quién nos libra de caer ?, no sólo hay una afinidad electiva en la vida..., debe por tanto, funcionar la razón y la responsabilidad/moral.

Un fuerte beso, pero muy fuerte.

misántropo dijo...

En ocasiones la pasión nos libera
de morales que se encogen pudorosas
por las desnudeces más hermosas
de un alma que rendida nos espera.

Las morales las encogen y estiran
sujetos cobardes que no se atreven
a otear en los abismos, que breves,
nos ofrecen unos ojos que te miran.

Ojalá sucumbiera a las pasiones,
y no concediera ni un segundo
a los argumentos nauseabundos
que cambian besos por razones.

Beso

Alfaraz dijo...

Interesante; eso que tanto se dice de que el amor es cuestión de química y ya lo descubrió un sueco en el XVIII...y Goethe le dio carta de naturaleza
Vivir para ver.

.

Morgenrot dijo...

Querido Misántropo, el verso es magnífico, tanto que lo voy a guardar, y si te soy sincera, en el fondo, quisiera que las cosas pudieran ser como en tu poesía, con poderosas y hermosas pasiones por delante.

Pero la vida, ¡ Ah , de la vida !, cuán diferente son las cosas puestas en la realidad .

Un abrazo muy fuerte

Morgenrot dijo...

Mi muy estimado Alfaraz,

¡ Qué inventos estos ! ...tú y tu forma de expresarte y de ver las cosas nuncan dejan de sorprenderme.

Por cierto, recordarás que ese video de Cale me lo enseñaste tú en un bello post de tu blog. Y es que lo bueno, no se olvida. Gracias.

Un fuerte abrazo

ONDA dijo...

Interesante y sereno pensamiento el tuyo, para guardarlo y releerlo más de una vez....Y gran dilema para el comprometido con alguien.

Morgenrot dijo...

Estimado Onda:

Gracias por tu generoso comentario.

P.d.: En la primera búsqueda de libros , no encontré ninguno de Adriano del Valle. Aún me quedan varias estancias en las que hurgar. Espero que haya suerte.

Un abrazo

Claudia Avila Morales dijo...

¿Y como saber que perfume esta hecho con cicuta o con jazmines?

Grandiosa voluntad que en repetidas ocasiones traicionas la moral, los prejuicios, los impulsos y los deberes, cuan bello es seguirte cuando vienes como lava desde el centro de lo que llamamos alma, y aunque en ocasiones eres despreciable placer, tras de ti caminamos como el ave tras la miga.

Voluntad si que eres vaga, temperamental y escurridiza, muchas veces indescifrable y escondidiza, dentro de mis labios, dentro mi mente.

Cuando decido seguir tu perfume es más incierto el destino que cuando al inicio me encontraba, ¿Por qué sigo confiando en ti?

Claudia avila.

Morgenrot dijo...

Querida Claudia:

Preciso texto me obsequias, y le distinción entre el olor (cicutas con jazmines ) creo que sólo lo hacemos cuando ya se está en una fase superior y es cuando te llevas la decepción o bien, cuando sabes que realmente esa persona es afín a tí.

Gracias por tan hermoso comentario.

Un beso