sábado, 9 de abril de 2011

¡GOETHE, GOETHE, GOETHE!


Ser admirado y admirable, gran maestro de mi vida. ¡Se aleja de mí la envidia ante tus obras!.
Cuando nos enfrentamos a una persona excepcional los celos huyen para dejar paso a la fascinación , el gozo y la sumisión ante lo excelente.
Mi relación con Goethe se inició hace años, al menos más de mil años. Supuso un cambio sustancial en mi vida, un antes y un después. Culturalmente una apertura como puente hacia la universalidad. Entre las muchas cualidades de Johann Wolfgang Von Goethe destaca una :  su " universalidad ".
Si insito en él en  mis escritos es por el hondo deseo que tengo de que sea reconocido como se merece por las nuevas generaciones y por el mundo latino .¡ Qué falta le hace a ese mundo latino la conexión con la cultura norte europea !. Le pido a usted, lector, que se estrene con las primeras obras de este genio  y vaya elevándose , evolucionando con él. Quizás el final sea su " Poesía y Verdad ", el cenit en el aspecto vivencial del autor , la que es, como él mismo afirmaba , su autobiografía en primera época: " Mis obras no son más que fragmentos de una gran confesión ". Releerlo no es más que un placer reservado a aquéllos que son capaces alcanzar lo sublime.
Su vida fue larga ( 1749- 1832 ) y coincidiendo " en una época en la que los grandes acontecimientos universales estaban a la orden del día y fueron sucediéndose a lo largo de mi vida " ( Dichtung und Wahrbeit. Poesía y Verdad ).
Casi un siglo de la historia que configurará la modernidad europea sirvió de escenario a este genio que se debatía entre el pasado antiguo clásico y el futuro diecinueve de los romanticismos y tecnicismos. Esta universalidad es la que dificulta la comprensión y aceptación de su obra y la que hace de él ese escritor inabarcable  por la densidad y polifacetismo de sus escritos.
Goethe es " el gran escritos alemán ", pero también se desenvolvía con auténtica maestría en la Física, la Medicina y las Ciencias Naturales, incluso estaba especialmente dotado para la política y la administración.

Uno de nuestros orgullos nacionales, Ortega y Gasset en su " Carta a un alemán pidiendo un Goethe desde dentro ", afirma " Goethe no significa una anécdota en el destino europeo, sino que es en él un hecho visceral. De suerte que no es posible tocar en lo más mínimo su persona y su obra sin que se estremezcan los ámbitos de la civilización europea "
" Tal vez sea Goethe el único hombre que se ha realizado en toda la historia con tal plenitud ", palabras del filósofo Karl Jaspers.

Llevamos tres conceptos claves: genio, universalidad y plenitud.. Debemos añadir otro más : insatisfacción, pues Goethe es " el eterno insatisfecho " hay en él una ley interior que determina un constante proceso de crecimiento, de renovación , de rejuvenecimiento continuo. Parafraseando a Eugenio Trías " Goethe es página única que resume todas las páginas ".

La evolución del autor no se culminará hasta que a sus ochenta y dos años cumplidos consuma el " Faust", obra maestra suprema, cerrando definitivamente el libro de la vida y rubricando este Fausto, su alter ego.
Nos detenemos ante este Fausto que supone el drama humano de la insatisfacción y descontento frente al destino, la sempiterna lucha entre el Bien y el Mal, Dios y el Diablo, la Ciencia y la Magia, la Utopía y la Verdad.
Obra inconmensurable, equiparable a la Biblia. Según Cansinos Assens , su espacio era inabarcable , pues : " Tiene su punto de partida en los Cielos y a ellos vuelve su curva gigantesca , después de abarcar toda la amplitud de la tierra y profundidad de la subtierra, medir la altitud de las montañas y sondear la hondura de los mares y cargarse de todo el légamo de la cultura y del mito que los hombres y el tiempo fueron acumulando ".

El 22 de marzo del año del Señor de 1832, inicio de la primavera, pronuncia su última frase, que encierra un hundido deseo :

" Licht , mehr Licht, macht doch den Fensterladen auf, damit mehr Licht hereinkomme ! "
" Luz, más luz, ¡ Abre las ventanas, para que más luz entre! "

Poco antes le había confesado a su nuera, Ottilie, cual su Faust y alter ego, que no se " figuraba saber cosa alguna razonable, ni tampoco poder enseñar algo capaz de mejorar y convertir a los humanos ".

Gracias inmensas, Herr Goethe.

N.B.: agradecida quedo a la edición del Fausto que elaboraron D. Manuel José González  y D.Miguel Ángel Vega, así como a la traducción de D. José Roviralta.