viernes, 27 de marzo de 2009

EVOLUCIÓN INCESANTE


En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos [ los mismos ].
Heráclito.
La Naturaleza se martillea en un vaivén perpetuo. ¿ Acaso no somos sino el resultado de un constante devenir, de un proceso continuo de cambio ?.
No somos lo que fuimos ni seremos lo que somos.
El " Todo cambia, todo fluye " de " El Oscuro de Éfeso " se cumple desde el principio del Todo. Cada ser está sujeto a un proceso de permanente nacimiento y destrucción, del que nada ni nadie se escapa.
No encontraremos los límites del alma, por el profundo logos que posee.
Cambio y adaptación, cambio y dolor modelando al ser. Circunstancias que nos pertenecen y nos permutan, recordando a Ortega.
Sólo existe pasado y presente, un " ahora " que se está transformando en pasado.
Vencidos por el tiempo, existimos dentro de su esencia. La evolución sigue un curso a veces de una celeridad inclemente. Ayer R.M se olvidó de quien era, su mente viaja entre fantasmales visiones. Otrora Gregorio Samsa, después de una noche intranquila se despertó convertido en un repugnante insecto.
En búsqueda persistente de quienes somos nos unimos a la ficción, girando sobre nosotros mísmos, nos anclamos en lo ininteligible.
Nacimiento, devenir y destrucción. Nuestra Naturaleza.
Dedicado con todo el cariño a mi querido amigo X.P.

viernes, 6 de marzo de 2009

LA EXCENTRICIDAD DEL CISNE



Como un cisne entre patos...

De quién a los cisnes idolatraba, alguien, sólo alguien, dijo en cierta ocasión como manifestó su ansia de exhumar los restos de su padre para abofetearle. Hubiera sido un dicho más que no pasaría a la historia si el cadáver no fuera el del rey Maximiliano II de Baviera y su heredero y "presunto" autor de la proclama no se tratase del rey Luis II de Baviera, el tildado como " loco ".


Quizás en esta tierra , a todo ser humano que " saque los pies de la fila " lo encasillan como perturbado. Quizás no pertenecer al común o no supeditarse sacramente a las reglas del grupo suponga una clasificación perversa para existir. A Luis II de Baviera, en adelante, el cisne, Bruckner le dedicó su séptima sinfonía y, asombrados quedarían cuando su segundo movimiento sirvió también para anunciar la muerte de Hitler por la radio alemana:







Hijo de la princesa prusiana María Fiederike, alejado de sus progenitores y atormentado por la educación severísima de su preceptores, Luis experimentó la opresión , un estricto régimen educativo. Nacido para reinar, sus afanes eran la belleza, el sentimiento y el arte. Duro revés para un futuro ya previsto y una realidad que le resultó insufrible.


Vivió alejado de la objetividad y su historia está más repleta de rumor que de verdades. De físico ejemplar, bello como los cisnes a los que adoraba, vivía en la ensoñación de los cuentos de hadas, en las leyendas germanas. Su existir consistió en una constante lucha contra si mísmo y oponente a la realidad. Poesía , música, naturaleza y mitos alemanes agotaban su mente. Nacido para fantasear, su destino era el gobierno.
Mecenas de Wagner, éste musicó su personajes emblemáticos gracias a la obsesión del cisne: Tristan e Isolda, Logengrin, Sigfrido, Parsifal.
Rey a los dieciocho años, poseía un alma de artista con incapacidad para una auténtica actividad creadora. Hadas, belleza, sentir y lo sublime eran su motor. La contradicción su alimento de cada día. Homosexual y católico convencido. Nacido para reinar sin poder materializar las obligaciones que su posición le imponían, vivió con un angustioso sentimiento de culpa y permanente lucha contra él mismo.
Belleza y realidad no casaron. Belleza y verdad no son coincidentes.
Murmuraciones no cesaron: hablaba con los elementos inmateriales, consigo mísmo; amaba la soledad y se oponía a la corte de Munich; se hacía acompañar a ambos lados de estatuas en los banquetes - realmente no es mala idea y te deja una libertad absoluta de conversación-; en las representaciones teatrales y musicales sólo podía un ser estar: él; dicen que amó a algunos reprimiendo su ardor sexual ante sus creencias religiosas. Histérico, tímido, obsesivo y sentimental. Belleza, belleza y más belleza...
Dejó la corte, se distanció de Munich y aislado en su propio ser, dedicó gran parte de su fortuna y fuerzas a contruir los más bellos castillos de hadas. Su favorito, el Neuschwanstein, en los Alpes alemanes. Decidió que pocos humanos se le acercaran, existía sólo en si mísmo y para sus ensoñaciones.


Vista del Neuschwanstein en invierno

Perfeccionista e innovador, diseñaba cada minúsculo espacio de su segundo ser acaparador, con novedades que aún hoy sorprenden, como el agua corriente o la calefacción central, detalles significativos. Sus estancias revelan algo más que una excentricidad, nos delatan una inteligencia y mente adelantada a sus tiempos.



La cocina del Neuschwanstein sorprende por su modernismo


A Luis lo declararon incapaz a los cuarenta y un años.
¿ Entramado para despojarlo del trono ?, ¿ locura ?. Lo diagnosticaron de esquizofrenia paranoica y él , aturdido, preguntó cómo si no había existido un examen médico. Tres días más tarde, en un paseo matinal, muere ahogado en el lago Starnberg junto a su psiquiatra. Versión oficial: suicidio. Aún hoy nadie lo sabe. Su alma gemela, su prima, la duquesa de Baviera, Elisabeth, ya emperatríz de Austria , archiconocida por Sissi, nunca creyó nada, sólo argumentó que las cosas no hubieran acaecido si a Luis," su cisne", lo hubieran tratado, sólo con un poco de más suavidad.
Se dice, y siguen los rumores, que Luis anticipó a Elisabeth su posterior asesinato, acaecido años más tarde.


Y es que , belleza y verdad no son coincidentes...
Detestaba intrusos en sus moradas y hoy sus castillos son visitados diariamente por miles de personas.

Firma de Luis II


Cruz en el lugar de la muerte del rey. Lago Stanberg

Él me transmitió algo, a mí, una intrusa más: su deseo de descansar en paz.