viernes, 28 de diciembre de 2007

EL LIBRO DE LOS VEINTICUATRO FILOSOFOS. SENTENCIA I


El libro de referencia pertence a la Bibiloteca Medival de Siruela, lo adquirí en el 2000 y es de esos libros que guardas con respeto y que, cada vez que le pasas el plumero , lo miras con ojos de haberte cautivado.
Es un texto enigmático; se congregan veinticuatro filósofos y les quedó tan sólo una cuestión sin resolver : ¿ Qué es Dios?. Decidieron concederse un tiempo y fijar un nuevo encuentro, en el que cada uno expondría su propia definición de Dios y, a partir de esas deficiones , pudiesen establecer de común acuerdo , algo acerca de Dios.
El escrito aparece por vez primera en el s.XII y contiene las veinticuatro definiciones, seguidas por un comentario sobre la génesis interna de cada sentencia y su coherencia teórica.
Expongo la PRIMERA SENTENCIA y su comentario:
" Deus est monas monadem gignens,
in se num reflectens ardorem."
"Dios es una mónada que engrendra
una mónada, y refleja en sí mismo
una sóla llama de amor."
"Esta definición está formulada de acuerdo con la representación de la primera causa, en tanto que se multiplica numéricamente en sí misma , de modo que el multiplicante sea concebido como el uno, el multiplicando como el dos, y lo que se refleja como el tres. Así ocurre, en cambio, con los números:cada unidad posee un número propio, ya que es reflejada en un número diverso por los demás."
Recordemos la noción de mónada según Leibniz, quién llega a la conclusión de que existe una infinidad de sustancias simples, inextensas (mónadas) ; que esas sustancias son activas, pues los distintos procesos y determinaciones que afectan a una mónada tienen su origen en la actividad de ésta, son internos a élla y no el resultado de influjo alguno exterior. Las mónadas no actúan , pues, las unas sobre las otras. Ahora bien, el universo manifiesta un orden como totalidad, ¿ cómo es posible este orden?. La respuesta de Leibniz a esta pregunta se halla en la teoría de la armonía preestablecida: Dios , al crear las mónadas, las ordenó de tal modo que, aún sin existir influencias mutuas entre ellas, el resultado de la actividad de todas ellas es el orden armónico de la totalidad.
Pero vayamos a tiempos anteriores a Leibniz, pues recordemos que la sentencia I se atribuye,como el resto de sentencias, al siglo XII. En la tradición neopitagórica y en los filósofos neoplatónicos , el tema de la unidad y de los números tiene un papel constituyente en la reflexión acerca del uno y la derivación de lo múltiple. El simbolismo de la mónada será adoptado por pensadores cristianos como Dionisio Areopagita, quién recurre a élla para explicar la unidad del principio divino.
Parece que fue Teodorico de Chartres el primero en desarrollar una reflexión trinitaria basada en especulaciones numéricas, inspirándose en San Agustín; Así , la unidad que engendra es el Padre, la unidad engendrada es el Hijo, y el amor que une es el Espíritu Santo.
En la Sentencia I se expone el dogma trinitario con un lenguaje racional, en el que se deja ver la alianza entre la religión cristiana y la metafísica neoplatónica.
Pensemos en este primera sentencia. Me propongo continuar con otra entrada dedicada a la segunda sentencia, la más extendida y famosa de todas.

domingo, 23 de diciembre de 2007

CUENTO DE NAVIDAD: " ROSA Y LAS JUDIAS MÁGICAS"

Érase una vez que se era, una buena y noble mujer llamada Rosa. Vivía en un país no lejano, al Sur, dónde abundan las cosechas y no las riquezas.
Rosa tenía una gran familia: marido endeble de salud y de carácter, suegra e hijos.
Se encargaba con gran esmero de su casa y de los suyos, aprovechando la oportunidad, si se le presentaba, de ayudar al que lo necesitase.
Era dulce con todos, paciente y diligente. Su abnegación fue puesta a prueba con sus hijos, en concreto con dos, Mercedes y Ramón, quienes hacían por veintidós.

Mercedes, según decían los vecinos "estaba mal de los nervios" y veía visiones. En plena juventud tuvo a una niña, Rosita, a quién su abuela criaba como una hija.
Ramón era grande y fuerte como un oso, pero su cabeza funcionaba como la de un bebé de meses.
Así, mientras cambiaba los pañales a Rosita, bañaba a Ramón, con la esperanza de que no repitiera la costumbre de hacerse "pis" nada más bañarlo. A su vez atendía a su suegra, enferma, a su marido, y a su hija con las visiones , que la dejaban en el sofá sin poder hacer nada.
La cocina de Rosa era como una fábrica que no paraba de producir, para alimentar a tantas bocas, y además, como el dinero era escaso, trabajaba fuera del hogar, limpiando casa ajena.

Todo, todo, lo hacía Rosa con sonrisas, aunque de vez en cuando, asomase alguna lágrima.


Una mañana próxima a la Navidad, Rosa fue a su parroquia a recoger las bolsas de alimentos "especial Navidad". Le acompañaba su marido, pero él no entraba en la Iglesia, porque era tímido...; Rosa recibió una tarjeta de felicitación por las Pascuas y en lugar de los alimentos, le entregaron en la mano un puñado de no se qué cositas. Rosa abrió su mano y se encontro un puñado de judias blancas. Sonrió, pensando que era una broma, pero guardó las judias en el bolsillo izquierdo del abrigo. Después le entregaron sus alimentos.

Una voz le susurró al oído:- "Rosa, siembra las judias en tu mejor maceta".

Una vez en casa, tantas cosas qué hacer..., pero no se olvidó de sembrar aquellas judias en una maceta de cintas que tenía colocada en la terraza, mirando al Sur, que mitiga el frío del invierno.

Las judias que plantó Rosa, eran así:



Las noches solían ser largas para Rosa, pues cuando no lloraba Rosita, se quejaba Mercedes, o se despertaba Ramón; y cortas, cuando tenía que levantarse a las seis para jugar con su Ramón, porque era su hora favorita para jugar con mamá.
Esa misma noche, en mitad de un inquieto sueño, Rosa se despertó. Se levantó y miró por toda la casa, todos estaban bien. Hacía frío , se abrigó con la bata y asomándose a la terraza vió algo dorado, con trazas verdes muy luminosas. -¿ Qué será?, pensó. Y tomando una mantita abrió la puerta de la terraza y descubrió algo asombroso. Las cintas no eran cintas, eran largas ramificaciones de un verde tan brillante cómo no había visto hasta entonces. En el tiesto, monedas, las suficientes para el día siguiente. Y un pequeño arpa, que al tocarlo, emitía la música más armoniosa jamás escuchada.

No pudo dormir en toda la noche. Cuando a las seis Ramón se despertó, fue con él a jugar; al moverse , tocó el arpa que guardó en el bolsillo izquierdo de su bata. Emitió aquella música, de tal forma, que Ramón, cayó en un profundo sueño.
Rosa pensó que el arpa relajaría a sus hijos, de forma que la utilizó, sin abusos, para tal fin. Era una poderosa medicina de paz en aquella casa, y de mejoría para las enfermedades.

Igualmente, cada día , cuando la Aurora sale con sus rosados dedos, se encontraba en el tiesto, las monedas suficientes para el pan de cada día.

Rosa dió gracias al cielo, y cada despertar, vive su milagro.

Y colorín , colorado... este cuento se ha terminado.

lunes, 17 de diciembre de 2007

DIECIOCHO DE DICIEMBRE







Dieciocho de Diciembre es el día de la Esperanza.

Aparte de lo que ,para mí, sucedió un dieciocho de Diciembre de hace años , hoy es un día como los demás, con alegrías para unos, tristezas para otros, monónoto para muchos...la Parca visitará a bastantes... y romperá el corazón de multitudes. Melancolías, problemas materiales, desánimos, desilusiones, turbaciones, malas acciones y unas pocas buenas , temores, inquietudes, risas, llantos... la vida .
Pero hoy en mi mente se enfrentan dos cuestiones diferentes y en cierta forma unidas ; por una parte he iniciado este escrito con el día de la Esperanza, pero a su vez, aparece fuertemente en mi interior otro concepto, el de la inquietud.
La inquietud a la que me refiero no es ese alboroto o conmoción positiva del ánimo, ni a esa inclinación hacía algo determinado, no. Es el desasosiego, la desazón, la falta de paz interior , lo que me ronda.
De ese concepto negativo de inquietud, varios grados hay, desde un leve desazón, a una gran turbación que ciega al ser humano.

Del grado grave, recuerdo lo que un día, sobre élla, leí en Goethe, pues no tiene desperdicio.


Goethe, la INQUIETUD en su obra "Faust":

MEDIA NOCHE
Entran CUATRO MUJERES CANOSAS
LA PRIMERA.- Yo me llamo Escasez.
LA SEGUNDA.- Yo me llamo Deuda.
LA TERCERA.- Yo me llamo Inquietud.
LACUARTA.- Yo me llamo Miseria.
TODAS MENOS LA INQUIETUD.- Cerrada está la puerta; no podemos entrar. Ahí dentro vive un rico; no queremos entrar.
.../...
LA INQUIETUD.- Vosotras , hermanas, no podéis, ni osáis entrar. La inquietud, por su parte , se introduce furtivamente por el ojo de la llave . ( LA INQUIETUD desaparece.)
.../...
LAS TRES.- Pasan las nubes, desaparecen las estrellas. ¡Allí detrás, allí detrás! De lejos, de lejos, allí viene nuestra hermana; allí viene ella...la Muerte.
.../...
LA INQUIETUD.-
A aquel que está una vez en mi poder, de nada le sirve el mundo entero; para él desciende una eterna lobreguez; para él no sale ni se pone el sol; teniendo sentidos exteriores perfectos, anidan las tinieblas en su interior. De ningún tesoro sabe ponerse en posesión. Felicidad y desdicha resultan quimeras; se muere de hambre en el seno de la abundancia; sean delicias, sean pesares, todo lo remite al día de mañana ; sólo está atento a lo porvenir, y así no acaba nunca.
.../...
FAUSTO.- ¡ Fantasmas funestos! ¡ Ved ahí cómo tratáis mil veces al linaje humano! Aún los días indiferentes los transformáis en odioso revoltillo de entrelazados tormentos.
De los demonios bien lo sé, dificilmente uno se libra ; no hay medio de romper el estrecho lazo espiritual ; más tu poder, ¡ oh Inquietud!, que se agranda de un modo imperceptible, no lo reconozco.
LA INQUIETUD.- Experiméntalo ahora que, maldiciéndote, me alejo de ti. Los hombres son ciegos durante toda la vida. Al presente, ¡oh Fausto! , sélo tú al fin.
( Le sopla en el rostro y desaparece.)

Pobre del hombre a quién la Inquietud le sople en el rostro y ciego lo deje. No encontrará la paz interior tan deseada. ¿Le quedará Esperanza?. Esperanza de que el velo caiga, de percibir otros colores, de sentir el deseado sosiego, de creer como posible lo deseado.


Para la paz, la quietud ... es necesaria la claridad que nos da la fe, que nos lleva a la Esperanza.

viernes, 14 de diciembre de 2007

PASA EL TREN

Dentro de unas hora pasa uno de tus trenes, de esos trenes que en la vida pasan sólo una vez.
Compré tu billete con bastante antelación, quizás no sea práctico adelantarse.
Debes tomar el tren. Debes pasar todo su recorrido: recorrido que estará lleno de obstáculos a superar, ¿estás preparado?.
No has hecho mucho por estarlo, más bien, poco has trabajado. Miedo me da.
¿Por qué?
Es tu vida, pero a la mía estás ligado para siempre. Tu que de mis entrañas te formaste, no eres más que tu y como tu. No quiero querer cambiarte, pero miedo me das.
He intentado hacerlo bien, ¿he hecho todo lo que podía?.
Tu posible fracaso es el mío; tu suerte , la mía. ¿Es egoismo?, ¿es temor a otra fustración?.
Quiero creer que no. Quiero pensar que por Naturaleza mis sentimientos y deseos son los que deben ser. Siempre el deber ser, qué Kantiana soy.
Dios mío, te ruego escuches mis súplicas: ya sé que no lo merece, pero a Tí te pido con toda el alma que dentro de unas horas, él tome su tren , que lo guíes en el trayecto y lo finalice con éxito. Escúchame Señor, Tu que a mí te apareciste cuando menos lo esperaba, cuando un Ángel que acababa de empezar a serlo te lo solicitó.
Que ese Ángel y todos los que nos amparan secunden mi petición.
Espero y esperaré con la Esperanza del creyente.
Gracias Mein Gott!

martes, 11 de diciembre de 2007

DAVID Y BETSABE








La poesía que es la letra de la canción Hallelujah, elaborada por Leonard Cohen, es un "monumento" a facetas de la vida como la religión, el amor, la amistad, la libertad de obrar, el castigo , el perdón, la muerte...; todo se une y se hila con perfecta maestría.

Para escribir esta canción, el autor se basa en la historia bíblica de David y Betsabé, lo que no es conocido por muchos, pues Cohen sólo nombra a David, siendo sólo los símbolos que utiliza los que nos llevan a la historia.

David fue polifacético:

*Pastor de ovejas, mató fieras para defenderlas.

*venció a Goliat.

*Músico de la corte.

*Poeta.

*Rey de todo Israel.

*Pecador y arrepentido, fue castigado siete veces por su pecado.

*Anciano apesadumbrado y padre de Jerusalén, "la ciudad de David".

El pecado de David fue el del adulterio con Betsabé, esposa de su general y amigo "Urías".

David vió a Betsabé bañándose, la mandó traer y se inicia una historia de amor. Betsabé queda embarazada. David planea la muerte de Urías en una batalla y su plan surte efecto, muriendo el esposo de Betsabé, casándose David con élla.

David pecó por la muerte de Urías.

Siete castigos, siete, tuvo David por sus pecados, entre los castigos, la muerte al séptimo día de nacer del hijo de Betsabé.

David compensó la tristeza de Betsabé, dándole otro hijo: Salomón, el rey.

Transcribo la letra de Leonard Cohen, para esta historia:

Escuché que había un coro secreto

que David tocaba y complacía al Señor,

pero no te importa la música, es así?

Es así: la cuarta, la quinta

la mayor aumentada, la menor disminuida;

¡el rey perplejo componiendo Hallelujah!

Tu fe era fuerte pero necesitabas probarla

la viste bañándose en el tejado;

su belleza y la luz de la luna te traspasaron,

Ella te ató a una silla de la cocina,

ella te destrozó el trono, ella te cortó el pelo,

¡y de tus labios ella dibujó el Hallelujah!

Dices que tomé Su Nombre en vano;

ni siquiera conozco el nombre.

pero si lo hice,¿qué te importa?

Hay un destello de luz en cada palabra;

no importa lo que escuchaste,

¡ el sagrado o el roto Hallelujah!

Hice lo mejor;no fue mucho.

No podía sentir, e intenté palpar.

He dicho la verdad, no fuí a enloquecerte.

Y aunque todo fuera equivocado,

permaneceré delante del Señor de la Canción

¡con tan sólo en mi lengua el Hallelujah!

miércoles, 5 de diciembre de 2007

PLATERO Y YO

Juan Ramón, contigo empiezo este Blog, pues tu escribiste Platero, uno de los primeros libros que leí.
Tenía sólo cuatro años cuando en el colegio me entregaron tu obra. No es fácil entenderla con tan corta edad.
Me sentaba en el jardín de casa, justo frente a un limonero, junto a mi abuelo, con el libro y la poca paciencia infantil.

Me dolía el alma con la muerte del burrito. Quizás era la primera vez que me enfrentaba a la muerte, sintiéndome impotente; no podía hacer nada por cambiar la historia.

Fue mi primera experiencia intentando cambiar la realidad, que ya, desde esa "tierna" infancia, me parecía cruel.

Te rindo hoy mis honores, Juan Ramón, hoy , que sigo topándome con una realidad insoportable.